Pues el mundo de los récords Guinness es una cosa loca 🤯, ¿no? Nació en los 50 por una pelea tonta en una cacerÃa sobre pájaros rápidos, y ahora hay gente que se come bichos o se pone ropa hasta reventar, todo para salir en un libro que vende millones. Hoy vamos a ver cinco record guineness que son de los más ridÃculo, pero reales, verificados con jueces y todo, y que te dejan pensando por la cabeza la locura talvez de esta gente.
1.El tipo que se come cucarachas como si fueran papas fritas
imagÃnate estar en un programa de tele británico, The Big Breakfast, en 2001, con un millón de personas viendo, y de repente un hombre llamado Ken Edward se mete 36 cucarachas vivas en la boca en un minuto, masticando y tragando sin vomitar, todo para ganar un premio diminuto. Dicen que las cucarachas eran de las grandes, madagascar o algo, y él las partÃa con los dientes como si nada, el juez de Guinness contando y el público gritando asqueado. ¿Por qué? Pues porque Ken era un comediante que hacÃa shows extremos, y ese dÃa pensó «bueno, para fama», y lo logró, récord que duró años hasta que otro lo superó con más bichos. Pero lo loco es que después contó que le dolió el estómago una semana, y que juró no volver a ver una cucaracha, pero la gente lo recuerda como el rey de lo asqueroso. En el libro Guinness sale con foto, el tipo con la boca llena, y te preguntas si valió la pena el asco mundial. Y sÃ, es real, verificado en vivo, pero te deja con náuseas solo de leerlo.
2. El belga que se puso 227 camisetas de una vez, como un armario andante
Ahora, Jeff Van Dick, un belga normalito, en abril de 2008, se metió 227 camisetas una sobre la otra, empezando por la cabeza y tirando hasta que parecÃa una momia obesa, midiendo como dos metros de ancho, y caminó 10 metros para que el juez lo viera. Dicen que tardó horas en quitárselas, sudando como loco, y que lo hizo en un teatro de Bruselas con público aplaudiendo, todo porque vio un récord viejo de 100 camisetas y pensó «yo puedo más». El Guinness lo certificó porque eran camisetas de algodón normales, no trucos, y él no se desmayó ni nada, aunque respiraba como fuelle. ¿El porqué? Pues Jeff es obsesivo con récords, tiene como 10, pero este es el más absurdo, porque ¿quién necesita 227 camisetas? La gente en las redes lo llama el «hombre globo», y él dice que fue para inspirar a los niños a no rendirse, pero bueno, uno duda, parece más para fotos virales. Y sÃ, es oficial, con video y medición, pero te imaginas el calor, sudando como en sauna con lana encima.
3. La fiesta de pitufos: 1.253 personas azules en Irlanda para un festival
En julio de 2008, en un festival llamado Mucnomaniya en Gales, no Irlanda como algunos dicen, pero cerca, 1.253 personas se disfrazaron de pitufos, con piel azul, gorros blancos y hasta barba postiza para Papá Pitufo, marchando por las calles cantando la canción, y Guinness lo midió con contadores para confirmar que era el mayor grupo de pitufos vivos. Dicen que el festival era para celebrar la cultura galesa, pero se salió de control con la disfrazada, niños y adultos pintados de azul que duró horas, y al final un desfile con globos y música, todo verificado con fotos aéreas. ¿Por qué? Pues porque los organizadores querÃan batir un récord para atraer turistas, y la gente se apuntó por diversión, aunque después les costó quitar el tinte azul de la piel una semana. Lo gracioso es que superó intentos previos en México y España, donde solo juntaron cientos, y ahora cada año intentan más, pero 1.253 sigue siendo el tope. Es real pero te deja pensando en lo infantil que es el mundo, miles de adultos azules gritando «pitufos» como si tuvieran 5 años, y nadie se rÃe más que uno mismo.
4. Romper 80 huevos en la cabeza de un golpe, sin que la yema salga
Ashrita Furman, un neoyorquino que tiene como 600 récords, en 2008 rompió 80 huevos contra su cabeza en un minuto, uno por uno, golpeando con la mano para que se partieran limpios, sin que la yema goteara al piso, y el juez contando cada cascarón. Dicen que practicó meses, con huevos frescos para que no se rompieran mal, y lo hizo en un gimnasio de Nueva York con cámara lenta para verificar, sudando y con el pelo pegajoso de restos. ¿El porqué? Pues Ashrita es un yogui que cree en superar lÃmites mentales, y empezó con jumping jacks para caridad, pero este es de sus más tontos, aunque él dice que enseña concentración. Lo loco es que mantiene como 200 récords activos, desde malabares bajo agua hasta patinar la Gran Muralla, pero romper huevos en la cabeza es el que más fotos absurdas da, con él sonriendo entre cascarones. Es oficial, Guinness lo tiene con video, pero uno se pregunta si no le dolió el cráneo al final.
5. El hombre que comió una bici, un ataúd y un carro de supermercado
Michel Lotito entre 1959 y 2007 se comió 9 toneladas de cosas no comestibles, pero su limite fue en los 70 cuando devoró una bici entera, llantas y todo, un ataúd de roble, y hasta un carro de supermercado entero, masticando metal con dientes y tragando con agua y plátanos para lubricar. Dicen que su estómago tenÃa paredes gruesas dos veces normales, y jugos gástricos que disolvÃan hierro, asà que no se lastimaba, y lo verificaron médicos para Guinness en 1979. ¿Por qué? Pues Michel tenÃa pica, un trastorno que le daba antojo de metal desde niño, y empezó comiendo vidrios para shows, pero el récord vino cuando lo retaron a una bici en un circo, y lo hizo en dos dÃas, cortando con alicates y masticando como chicle. La gente lo veÃa en vivo, aplaudiendo asqueada, y él decÃa que sabÃa a pollo frito. Lo trágico es que murió en 2007 de natural, pero dejó el récord imbatible, con certificados y rayos X de su estomago. Es real, aunque da asco, y te deja asombrado cómo el cuerpo humano aguanta locuras asÃ.
En fin, estos cinco son solo la punta del iceberg de lo absurdo que llega la gente para fama, desde bichos en la boca hasta huevos en la cabeza, y todo verificado con jueces que viajan el mundo para medir. El Guinness empezó por una cerveza y discusiones de pub, y ahora es un negocio de millones, pero lo increible es que muestra que cualquiera puede ser «el mejor» en algo tonto, sin ser atleta ni genio. Claro, algunos terminan en el hospital o con traumas, pero otros inspiran, como Ashrita que dice que es para meditar. ¿Tú cuál intentarÃas? 🤨






