Lo que descubrió un viajero en las profundidades del lago Ness

Un viajero español que recorría el lago Ness terminó haciéndole al capitán del barco la pregunta que muchos tienen guardada desde niños, si de verdad había algo ahí abajo. Lo curioso fue que el patrón del barco no se limitó a una broma o una evasiva, más bien su respuesta dejó al español con más dudas que antes. Monstruo del lago Ness, al fin y al cabo es un nombre que aparece por todas partes: libros, documentales, películas, historias contadas en familia. Es una figura tan repetida que incluso quienes no creen en ella, reconocen que la leyenda tiene una presencia difícil de ignorar.

El ser humano lleva siglos intentando darle sentido a lo que no comprende, y eso explica por qué aparecen historias de criaturas extrañas en los lugares más inesperados: desiertos, selvas, mares profundos. El lago Ness terminó entrando en ese mismo grupo. La idea de un animal escondido en sus aguas oscuras ha logrado mantenerse viva, casi intacta, incluso sin pruebas decisivas. No es raro entonces que tanta gente viaje hasta ese punto de Escocia, más por curiosidad que por esperanza, buscando ver algo entre las ondas del agua.

Entre ellos fue Pau Clavero, un joven español que suele grabar lugares con historia. Él mismo contaba que cuando era niño imaginaba que bajo el lago vivía una especie de dinosaurio sobreviviente. Admitía que esa fantasía lo acompañó muchos años. Y cuando llega al lugar el paisaje parece reforzar esa idea, niebla constante, montañas que se reflejan en el agua, una tranquilidad que se siente casi teatral. Lo primero que menciona es lo extraño del lago. No es tan ancho, incluso desde la orilla se ven las montañas al frente. Pero su forma alargada impresiona: son 37 kilómetros de largo y lo que más sorprende unos 250 metros de profundidad.

Clavero recuerda que la primera mención conocida sobre una criatura en esa zona se remonta al siglo VI, vinculada a San Columba y un supuesto incidente en el río Ness. Durante muchos siglos apenas se habló del tema, pero hacia el siglo XIX empezaron a circular comentarios sobre un animal grande en las aguas. Y así lentamente, comenzó a formarse el mito que hoy todos conocen.

Sin embargo, el momento que cambió la historia fue en 1933. Ese año se construyó la carretera junto al lago, lo que facilitó que más gente pasara por ahí. Con el nuevo acceso comenzaron a aparecer testimonios de personas que decían haber visto algo moverse bajo el agua. Varios periódicos publicaron notas sobre avistamientos y el mito empezó a tomar fuerza. Poco después en 1934, apareció la que quizá sea la imagen más famosa: la llamada fotografía del cirujano. Aunque tiempo después se supo que era un montaje, dejó una huella enorme y reforzó la curiosidad de millones.

El español también comenta que en los años sesenta surgieron organizaciones que decidieron investigar el lago de manera más seria. Instalaron cámaras, telescopios y equipos que operaban casi todo el día, buscando alguna evidencia concreta. Y aún hoy en pleno 2025 siguen existiendo grupos dedicados a la búsqueda. Más que una criatura, Nessie se ha convertido en un desafío, casi en un tesoro escondido que nadie ha logrado confirmar ni descartar.

Con esa mezcla de interés y duda, Clavero decidió subir al Deep Scan, un barco equipado con sonar. Allí conoció a Steve, el patrón, quien comentó que llevaba más de veinte años en esa labor. Le explicó cómo funcionaban los equipos: uno para aguas profundas, otro para zonas más cercanas a la superficie. Nada extraordinario hasta que el español se animó a hacer la pregunta clave, si alguna vez había visto algo grande bajo el agua. Steve respondió que sí. No en los sistemas actuales, pero sí en uno de hace unos años. Le enseñó una imagen captada por el sonar: una figura alargada, de unos diez metros que apareció solo durante una hora. Según el capitán, el color claro de la imagen indicaba que contenía oxígeno. Para él por la forma y el movimiento serpenteante, parecía un animal oscuro y largo.

El video no intenta dar una respuesta definitiva. Probablemente esa ambigüedad sea parte del encanto del mito. Aunque nadie pueda asegurar qué hay en las profundidades del lago, la historia sigue provocando viajes, teorías y conversaciones. El Monstruo del lago Ness, exista o no, ha logrado algo que pocas leyendas consiguen, mantenerse viva sin necesidad de pruebas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio